domingo, 25 de marzo de 2012

A los que claman por justicia e igualdad


Me hace gracia como cierto sector del autodenominado reivindicativo, clama por la igualdad, la justicia, la equidistribución, y demás virtudes sociales, las cuales por supuesto ellos abanderan y si se diera el caso dirigieran. Este sector, político por supuesto, se ve reflejado en los que se consideran la izquierda española, mi opinión sobre esta supuesta izquierda ya quedó clara en un post anterior.(¿Dónde está la izquierda?). Por lo que ahora me dedicaré sólo a comentar de que manera utilizan el pretexto de una izquierda social, justa e igualitaria, para un fin mucho más claro, el acceso al poder.



Hablé sobre los sindicatos en mi post dedicado a la huelga(Huelga general: ¡yo no!), sobre lo que supondría la banca pública(Banca pública: ¿en España?), y ahora no hago más que confirmar mi punto de vista sobre aquellos que platican y defienden estas ideas. Me refiero a aquellos que escondidos tras las instituciones, administraciones y demás entidades públicas, reivindican su propio poder, por supuesto quedan incluidos los políticos en teoría "izquerdistas".

Estos claman contra los neoliberales, que ceden el poder al mundo transaccional, que todo queda en manos de dos bancos y tres empresas, en lo cual no puedo estar más de acuerdo. Podríamos decir que la derecha política, busca una forma de oligarquía, regida por las empresas en que directa o indirectamente participan, para regir el gobierno de nuestro país. Y de la izquierda se podría decir que pretende una monarquía (entiéndase en su sentido etimológico, μοναρχία: la autoridad de uno) en la que todo el poder recaiga sobre el estado. En ambos casos, derecha e izquierda, queda claro que lo que se pretende es obtener el poder, y para ello se nutren de la total ignorancia del pueblo.

Podríamos decir sobre la izquierda que aunque su crítica si esté fundada, no lo está su solución. Y de la derecha, que el escudarse en la economía neoliberal ya no es suficiente.

Pero supongo que esto es lo que nos ha tocado vivir, seguir como borregos al primer oportunista que blandiendo la bandera que más le beneficia accede al poder, distorsiona la realidad para sus propios intereses, y orgulloso y soberbio se regocija ante la mirada de todos sus parroquianos. Así que podemos elegir, dar el poder a unas cuentas empresas o por otro lado a una panda de políticos. En fin se ve que, como dijo Orwell, todos somos iguales, pero unos más iguales que otros.

"El virtuoso que habla al pueblo de justicia también aspira a las alturas y busca venganza derrocando a quien estaba arriba antes que él."

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