viernes, 16 de marzo de 2012

Banca pública, ¿en España?

Desde la izquierda (más bien supuesta izquierda) se debate ahora mucho sobre la posibilidad de crear una banca pública que pretenda salvaguardar los intereses de los más desfavorecidos y azotados por la crisis actual.

Empecemos definiendo lo que es la banca pública: Conjunto de entidades financieras en las que el Estado u otra administración pública tiene el control político y accionarial.




La revista Capital publicaba una noticia sobre como estaba funcionando en Dakota del Norte :


Evita abusos, redirige flujos de capitales hacia los sectores menos favorecidos, fomenta el crédito a los pequeños...

Todo eso suena muy bien, y ojalá así fuese, pero estamos en España, una país latino y mediterráneo, y me imagino la banca pública de otra manera, no sé más como todo lo público en este país. Me imagino que una persona que fuese a pedir crédito no lo podría hacer entre las diez y media y las doce, porque todos los empleados de ventanilla del banco estarían desayunando. Me imagino que para sacar dinero habría que rellenar siete impresos en siete ventanillas diferentes esperando por supuesto siete colas diferentes, a no ser que ideen un sistema de citas para retirar dinero en las que planifiquemos a un mes vista cuando ir al banco. También me imagino que al igual que hacienda o la seguridad social o cualquier administración pública se benefeciaría de nuestro preciado derecho administrativo, por lo que cualquier práctica abusiva por su parte sería perdonada y sino perdonada clasificada u olvidada.

Este vídeo humorístico recoge muy bien a lo que me refiero:


Por supuesto al frente de esta institución tendríamos a nuestros dignos e incorromplibles políticos, los cuales actuarían siempre de muy buena fe y en beneficios de todos y no de sus propios intereses. NO tenemos bastantes con los favores que les hace la banca a los partidos políticos y al gobierno, como para que ahora sean ellos mismo los que lo controlen.

Con esto no estoy favoreciendo a los bancos, sino criticando un sistema que en nuestro país, creo, no tiene cabida. Lo necesario son medidas de control, un proceso de desliberación y regularización de la banca, que no permita a estas entidades hacer lo que les venga en gana. Pero dotar a los políticos de más herramientas que puedan pervertir y utilizar a su antojo me parece una barbaridad.

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